Crisis económica financiera del 2008 en México
En el segundo semestre del
2008, se desencadenó la más grave crisis financiera y económica desde la Gran
Depresión.
La crisis financiera se ha
convertido en una crisis económica que rebasa la esfera de las finanzas, es de
alcance mundial y ha conducido a que las expectativas económicas mundiales se
hayan deteriorado rápidamente; se ha vuelto común escuchar noticias sobre
despidos masivos, cierres de empresas y caídas en la actividad económica de
diferentes países.
Esta crisis financiera tiene
diversas causas, si bien la crisis hipotecaria ha sido identificada
popularmente como la fuente principal.
El origen de la crisis se
halla principalmente en el exceso de gasto y del endeudamiento por parte de los
estadounidenses, estimulado por bajas tasas de interés. Una parte de este gasto
excesivo se dirigió al mercado inmobiliario, muchas personas adquirieron
propiedades por encima de su capacidad de pago o una vivienda adicional con
fines puramente especulativos, dando origen a la crisis hipotecaria al
presentarse una caída en el precio de las viviendas, misma que se ha reflejado
tanto en la reducción del patrimonio de muchas familias que han visto reducida
su capacidad de consumo.
Las causas que llevaron ala
crisis mundial actual
a)
Sobre producción y caída de la demanda
b)
Exceso de gasto militar y pérdida gradual de
las guerras de Irak y Afganistán
c)
Notable incremento del precio de las materias
primas
d)
Contracción de los flujos de capital para la
inversión
e)
Estrangulamiento de la producción por la
especulación
¿Por qué se dio la crisis
financiera?
Algunos de los elementos más
importantes son:
a)
Colapso del mercado hipotecario de los EUA. B)
Severo déficit de los EUA (352.8% del PIB, sus deudas totales. C) Estallido de
la burbuja de capital ficticio. D) Debilidad del dólar. E) Contagio de la
crisis hipotecaria en el conjunto del capital financiero de los EUA y del
capital financiero del mundo.
Después de la burbuja de las acciones de las empresas
tecnológicas (las denominadas dotcom) y del ataque terrorista a las Torres
Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001, el Banco de la Reserva
Federal mantuvo bajas las tasas de interés para darle impulso a la economía y
tratar de sostener el crecimiento económico. Las tasas de interés de Estados
Unidos alcanzaron niveles históricamente muy bajos. Por su parte, los bancos,
frente a la liquidez existente, se volvieron cada vez más creativos para elevar
su rentabilidad, desarrollando nuevos instrumentos financieros y métodos para
relajar los requisitos a la hora de otorgar préstamos, particularmente
hipotecarios, y mantener el riesgo contingente fuera de sus balances.
Se otorgaron un número creciente de créditos hipotecarios,
muchos de ellos sin el respaldo apropiado, que luego se empaquetaron como
derivados y se vendieron a intermediarios financieros no sólo de Estados Unidos
sino también de Europa y Asia. Cuando los precios de los bienes inmobiliarios
disminuyeron y los créditos hipotecarios cesaron de pagarse regularmente, la
burbuja financiera que se había creado explotó y arrastró no sólo los precios
de este tipo de bienes sino también a todo el sistema financiero, por la
vinculación que existe de los activos financieros entre sí y con los balances
de los bancos e instituciones financieras.
La característica fundamental del sector de los nuevos
intermediarios financieros que surgieron en el mercado inmobiliario es que está
compuesto principalmente de instituciones fuertemente apalancadas (relación
capital a deuda) cuyo capital representa una pequeña proporción de los activos
que manejan, por lo que las pérdidas asociadas a los créditos hipotecarios
socavaron su capital. Para enfrentar estas pérdidas los intermediarios elevaron
su grado de apalancamiento tratando de reconstituir su capital, por lo que
actualmente el sistema financiero tiene un gran número de intermediarios
financieros apalancados en extremo, e incluso hay instituciones con niveles de
apalancamiento de 30 a 1.
El comportamiento del PIB mundial y las fases del
ciclo económico
En 2001 el PIB del mundo
creció 2.2%, y en 2002 lo hizo en 2.9%; estos años fueron de estancamiento
económico; para 2003 se dio una reanimación media con 3.6% de aumento; en 2004
y 2005 hubo una fase de prosperidad con tasas de 4.9% y 4.5%, respectivamente;
el auge se presentó en 2006 con 5.1% y 2007 con 5.2%; cayendo la economía a 3%
en 2008 y -0.6% en 2009, ya en pleno proceso de crisis.
Es importante señalar que en
2009 las economías avanzadas cayeron en -3.2%, en tanto que las economías
emergentes y en desarrollo crecieron 2.4%. Este dato es relevante ya que la
recuperación económica recaerá sobre los hombros de los trabajadores de los
países menos desarrollados, y éstos transferirán excedentes a las potencias
imperialistas para ayudarlas a salir de la crisis. Según el FMI, la economía
mundial cerró 2009 con un decrecimiento de -0.6%
El origen del problema
hipotecario en Estados Unidos
Gasto excesivo financiado con
crédito
Especialmente a partir de
1999, los estadounidenses comenzaron a gastar en promedio más que en años
anteriores. El promedio del ahorro personal como porcentaje del ingreso, entre
el 2000 y el 2007, fue de 1.5% frente a 5.2% de la década de los noventa o 9%
en los ochenta. Hacia el final del 2008 la tasa de ahorro de los
estadounidenses ha comenzado nuevamente a repuntar (2.6% promedio en octubre y
noviembre). Paradójicamente, los estadounidenses están incrementando su ahorro
cuando es más perjudicial para la economía mundial, cuando ésta se encuentra en
su peor desempeño desde la Gran Depresión. El ahorro equivale a una reduceón en
el consumo actual, por lo que este aumento en la tasa de ahorro tiene un efecto
negativo sobre el crecimiento económico en el corto plazo, si bien a largo
plazo puede conducir a la economía a un mayor crecimiento vía mayor acumulación
de capital.
¿Qué posibilitó el excesivo
endeudamiento de los estadounidenses? Además del bajo nivel de las tasas de
interés, otra parte fundamental fue sin duda la abundancia de liquidez en el
mercado facilitada por los inversionistas extranjeros, con un papel
preponderante de los chinos, tal como lo señaló Paul Krugman: “nos endeudamos
comprando inmuebles por encima de nuestra capacidad de pago con dinero de los
chinos.
Todas la economías avanzadas
registraron bajas en su PIB (-3.2% en conjunto), así como las regiones
atrasadas de: América Latina (-1.8%), Europa Centroriental (-3.7%), y la CEI
(-6.6%). Las únicas tres regiones que sortearon la crisis y crecieron fueron:
África del sur del Sahara (2.1%), Asia en desarrollo (6.6%) y el Medio Oriente
(más el norte de África) (2.4%). De las economías avanzadas, la que tuvo el
mayor retroceso fue Japón (-5.2%), seguida por Alemania (-5.0%), y el Reino Unido
(-4.9&). En la unión Europea el PIB cayó -4.1%, en Canadá -2.6% y en
Estados Unidos -2.4%. Con esta información, obsérvese que las economías de los
países menos desarrollados son las que realizan el gasto fundamental para salir
de la crisis económica. Piensese al respecto en países como china que tuvo un
crecimiento del 8.7% o India con 5.7%, naciones que se perfilan como pivotes
para sortear la crisis en el mundo.
Estancamiento
Una vez que pase la vorágine
de la crisis, la economía mundial entrará en una fase de estancamiento
económico. Esta se caracteriza por lo siguiente: cierre de empresas, fusiones y
adquisiciones; capacidad instalada ociosa; caída de los valores de las
acciones; contracción del comercio mundial (del 8.5% de crecimiento en 2006
bajo a 6% en 2007 y al 3% en 2009); transferencias masivas de plusvalía hacia
los centros imperialistas mediante las variaciones en el tipo de cambio, lo que
hace entrar en crisis a ramas enteras de las economías de donde se sustrae el
excedente; destrucción de capital variable, mediante el notable incremento del
ejército mundial de reserva de los trabajadores.
Algunas
repercusiones de la crisis en la clase trabajadora
La población en el mundo se
calcula en 6,900 millones de personas, de las que 5,500 millones forman la clase
obrera mundial. En 2009, y con la crisis a cuestas, solamente están empleados
2,500 millones de trabajadores y 3,000 millones están desempleados y
subempleados. He aquí una clara manifestación de cómo a los dueños del capital
les tiene sin cuidado lo que le pasa a los trabajadores (a sus trabajadores), y
en momentos de crisis prefieren prescindir de sus servicios.
La situación se torna más
alarmante cuando sabemos que de esos 2,500 millones de personas empleadas,
alrededor de 1,300 millones están en la pobreza con un ingreso de 2 dólares
diarios; y 750 millones de trabajadores se encuentran en la pobreza extrema
ganando 1.25 dólares al día
Alcances y
profundidad en la migración
En este contexto resulta
pertinente y necesario analizar cuáles han sido los impactos de esta crisis
económica de los Estados Unidos, sobre la mexicana a ese país. Al respecto, en
diversos medios se ha difundido una idea catastrofista en relación a las
consecuencias negativas de la crisis sobre la migración y las remesas. Desde
esta perspectiva, la migración y las remesas configurarían un canal de
transmisión adicional a través del cual se transferirían hacia México gran
parte de los efectos negativos de la crisis económica que afecta a los Estados
Unidos.3 Por un lado, el retorno masivo de migrantes generaría una presión
excesiva sobre el mercado de trabajo local, y por otro lado, un virtual
desplome de las remesas, tendría impactos negativos directos e indirectos que
ahondarían el ciclo recesivo.
En diversos textos se señala
que como efecto de la crisis económica actual, esta tendencia de crecimiento se
habría frenado casi por completo, producto principalmente de un sustancial
incremento de la migración de retorno. La pérdida de empleos y oportunidades
económicas en los Estados Unidos, junto a la consolidación de políticas
restrictivas y discriminatorias en materia de migración, habrían derivado en un
freno de la emigración, y un impulso del retorno de una alta proporción de los
mexicanos residentes en ese país. De esta forma, algunos autores incluso
auguran que la crisis económica actual constituiría un punto de inflexión en la
dinámica y tendencia de la migración mexicana, planteándose la posibilidad de
la emergencia de una nueva era en la migración laboral entre ambos países.
Salidas de la crisis: el papel
del Estado
El papel del Estado ha sido
fundamental para atisbar la recuperación económica. El mecanismo utilizado ha
sido la política económica: en este sentido el gasto público ha sido
prioritario, dejando para un momento posterior a la política monetaria. Además,
lo importante en estos momentos es revertir la deuda pública. Las economías
emergentes en este aspecto no tienen mucho problema, ya que su deuda representa
el 30 o el 40% del PIB, pero la economías avanzadas si tiene dificultades
mayúsculas, ya que sus deudas están cerca o sobrepasan el 100% del PIB. Para
hacer esto se necesita incrementar la base impositiva y diversificar la
inversión.
La intervención de los Estados
para contener el curso de la crisis arroja así un resultado de dos caras:
contiene la caída de los negocios privados a costa de absorber la crisis e
incentivar la gestación de una nueva burbuja de deuda pública. El problema
reside en que, por un lado, la deuda pública constituye, como decía Marx, el
más ficticio de todos los capitales ficticios ya que carece de cualquier tipo
de contraparte real. Por otro lado, en el primer acto el Estado actuó como
garante de los negocios capitalistas; en un segundo acto, si efectivamente el
blanco lo constituyen los Estados, ¿quién va a rescatarlos?
Espejos de la crisis económica
mundial
La crisis financiera global,
derivada del colapso de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos en
agosto de 2007, se expandió rápidamente hacia otros sectores dando lugar a una
profunda recesión económica mundial. Paralelamente, la crisis ambiental se
agudiza y las crisis energética y alimentaria se agravan como resultado del
incremento de los precios de los combustibles y de los comestibles. Las crisis
financiera, económica, energética, alimentaria y ambiental cuestionan
seriamente a las políticas neoliberales y ponen en crisis al actual modelo de
acumulación de capital.
La crisis alimentaria, provocada
por el incremento dramático de los precios de los alimentos, ha afectado el
derecho a la alimentación –uno de los derechos humanos más importantes– y ha
empujado a una sexta parte de la población mundial y a una quinta parte de la
mexicana a una situación de hambre. La situación, ya de por sí dramática, se
puede agravar, pues varias de las causas que provocaron el aumento desmesurado
de los precios son estructurales y pueden provocar nuevas alzas en el futuro
inmediato. Por eso, en el marco de la gran crisis del sistema capitalista, la
alimentaria es la más importante.
La grave situación alimentaria,
que vivió su fase más crítica el primer semestre de 2008, ha demostrado una vez
más que el mercado por sí solo no resolverá el problema, pues tiene fallas
profundas. Se requiere un cambio de paradigma: pasar de la “seguridad
alimentaria” a la “soberanía alimentaria”, y en este cambio de paradigma es
fundamental poner atención nuevamente en la agricultura, impulsar la
participación de los pequeños productores de alimentos y reorientar las
funciones del Estado.
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